Description

La fiesta de los Lirios tiene su origen en la recuperación de la libertad de los habitantes de Nola tomados como rehenes por los bárbaros entre el 409 y el 410 d.C. gracias a la intervención del obispo Paulino. Sin embargo, en cuanto a los orígenes de la fiesta, hay diferentes opiniones, entre ellas la que afirma que la fiesta tiene su origen en la transformación de un rito pagano según el cual se llevaban en procesión grandes árboles, adornados con diversos símbolos, que tenían poderes protectores. Con la llegada del cristianismo, estos árboles fueron despojados de su significado pagano, añadiendo imágenes sagradas y santos. Los habitantes de Nola siguen siendo muy conscientes de las auténticas raíces de esta fiesta, consiguiendo conservar a lo largo del tiempo el alegre aire de júbilo típico de la fiesta original. Incluso hoy en día, la fiesta es un momento de fe y folclore al mismo tiempo. Cuenta la leyenda que, en el año 431, el pueblo de Nola recibió al obispo Paolino a su regreso con flores, lirios, y que los fieles lo escoltaron hasta la sede episcopal, acompañándolo con los estandartes de los gremios de artes y oficios. La fiesta tiene lugar el domingo siguiente al 22 de junio de cada año; las ocho torres danzantes desfilan por las calles de la ciudad en una procesión que sigue un orden determinado. Los obeliscos llevan el nombre de los antiguos gremios de artes y oficios, en orden histórico Ortolano, Salumiere, Bettoliere, Panettiere, Beccaio, Calzolaio, Fabbro y Sarto. Además de los obeliscos, hay una estructura inferior en forma de barco, que simboliza el regreso de San Paulino a su tierra natal. Estas construcciones de madera, llamadas "lirios", alcanzaron su altura actual de 25 metros en el siglo XIX, con una base cúbica de unos tres metros de lado y un peso total de más de veinticinco quintales. El elemento portante es la "borda", un eje central sobre el que se articula toda la estructura. La "barre" y la "barrette" (en napolitano "varre" y "varritielli") son los tablones de madera por los que se levanta el Giglio y se maniobra sobre los hombros de los transportistas. Estos toman el nombre de "cullatori" (en napolitano cullature), nombre probablemente derivado del movimiento de balanceo producido similar al acto de acunar. El grupo de cunas, que suele ser de 128, se llama "paranza". Los lirios son decorados por artesanos locales con papel maché, estuco u otros materiales según temas religiosos, históricos o temáticos. Renuevan una tradición claramente identificable que se remonta a los últimos decenios del siglo XIX, y que amplía las raíces históricas identificables en las decoraciones arquitectónicas barrocas de Lecce, por lo que representan una forma de máquina votiva al hombro. Todos los lirios y la barca son transportados el domingo por la mañana a la Piazza Duomo, donde recibirán la bendición del obispo, y luego partirán de nuevo tras una parada de unas horas para desfilar por el recorrido histórico del centro de la ciudad.