El sendero que sube por las laderas del monte Tripozzo, en el corazón de la Valnerina Ternana, ofrece una inmersión total entre los más bellos olivares de esta zona. Aquí el cultivo del olivo además de dar un rasgo distintivo al paisaje es sobre todo historia ya que tiene una tradición milenaria, al igual que la producción de aceite, que tiene sus raíces en la época romana. Prueba de ello son los restos de un molino de aceite de principios del siglo I d.C. sacados a la luz por recientes excavaciones. Se encuentran cerca de la Fonte San Lorenzo, una parada en la ruta a 485 m desde la que se puede disfrutar de las vistas del paisaje circundante. De este molino, un importante hallazgo arqueológico por ser uno de los más antiguos encontrados en Umbría y que probablemente se utilizó hasta la época imperial tardía, se pueden ver parte de las estructuras de las paredes y el lugar donde se prensaban las aceitunas. Retomando el camino desde "la Fonte", se llega al pueblo de Tripozzo "enclavado" a casi 600 m, que ofrece una espléndida vista de la Valnerina. Este pequeño pueblo, cuyo topónimo hace referencia a los tres pozos públicos que abastecían de agua a la zona, no presenta ningún elemento de sistema defensivo, probablemente porque, a diferencia de otros "borghi" de altura situados en el mismo territorio, nunca ha sido fortificado. El pueblo, parcialmente recuperado y renovado, cuenta con una pequeña iglesia dedicada a San Lorenzo, en la que se encontró una inscripción romana. A las afueras del centro habitado se encuentra uno de los pozos medievales.