Karni Mata (octubre de 1387 - marzo de 1538), también conocida como Nari Bai, fue una sabia guerrera hindú. También conocida como Shri Karniji Maharaj, sus seguidores la veneran como la encarnación de la diosa guerrera Durga. Es una deidad oficial de las familias reales de Jodhpur y Bikaner. Llevó una vida ascética y fue muy venerada en vida. El templo se creó tras su misteriosa desaparición de su hogar. En 1538, Karniji fue a visitar al maharajá de Jaisalmer. El 21 de marzo de 1538, regresó a Deshnok con su hijastro, Poonjar, y algunos otros seguidores. Se encontraban cerca de Gadiyala y Girirajsar, en el tehsil de Kolayat, en el distrito de Bikaner, cuando pidió a la caravana que se detuviera para beber. Se informó de que había desaparecido allí a la edad de 151 años. El edificio del templo se completó en su forma actual a principios del siglo XX en estilo mogol tardío por el maharajá Ganga Singh de Bikaner. Frente al templo hay una hermosa fachada de mármol con sólidas puertas de plata construidas por el Maharajá Ganga Singh. Al otro lado de la puerta hay más puertas de plata con paneles que representan las diversas leyendas de la Diosa. La imagen de la Diosa está consagrada en el santuario interior. En 1999, Kundanlal Verma, de Karni Jewelers, con sede en Hyderabad, mejoró el templo. Las puertas de plata del templo y las tallas de mármol también fueron donadas por él. El templo es famoso por las aproximadamente 25.000 ratas que viven en él. Estas ratas sagradas son tratadas como sagradas y se les da protección en el templo. Estas ratas sagradas se llaman kabbas, y mucha gente recorre grandes distancias para presentar sus respetos. El templo atrae a visitantes de todo el país para recibir bendiciones, así como a turistas curiosos de todo el mundo. De todas las miles de ratas que hay en el templo, hay unas pocas ratas blancas, que se consideran especialmente sagradas. Se cree que son las manifestaciones de la propia Karni Mata y sus cuatro hijos. Verlas se considera una bendición especial y los visitantes se esfuerzan mucho por atraerlas, ofreciéndoles prasad, un dulce alimento sagrado.