El original de Whistler, Harmony in Blue and Gold: La sala del pavo real (1876), era el comedor de la casa londinense del magnate naviero Frederick Leyland. Se diseñó para exhibir la colección de cerámica asiática de Leyland, con el cuadro de Whistler La Princesse du pays de la porcelaine (1863-64) sobre la chimenea. Cuando se le pidió que asesorara sobre la combinación de colores de la habitación, Whistler se tomó audaces -si no atroces- libertades mientras Leyland y su arquitecto estaban fuera y, en un arrebato de entusiasmo, pintó toda la habitación, ejecutando sus ahora famosos pavos reales sobre los costosos paneles de cuero italianos de la pared. El coleccionista demandó al artista por la gran suma de dinero que Whistler cargó a la cuenta de Leyland, y Whistler, en respuesta, pintó una caricatura poco halagadora de su mecenas titulada La costra de oro: Erupción en el Lucro Frío (El Acreedor). Combinando las palabras "frilly" y "filthy" (sucio), Whistler se burló de la "chulería" del propio Leyland, así como de su tacañería. Tras adquirir la pieza central de la sala, el cuadro de Whistler La princesa del país de la porcelana, el industrial estadounidense Charles Lang Freer compró toda la sala en 1904 a los herederos de Leyland. Freer hizo instalar el contenido de la Sala del Pavo Real en su mansión de Detroit. Tras la muerte de Freer en 1919, la Sala del Pavo Real se instaló de forma permanente en la Galería de Arte Freer del Smithsonian en Washington, D.C., donde fue completamente restaurada en 2011.