La fundición de Fiskars fue fundada en 1649 por Peter Thorwöste, cuando la reina Cristina de Suecia concedió al empresario holandés un privilegio para fabricar productos de hierro fundido y forjado, a excepción de cañones. Ese mismo año recibió el permiso para instalar un alto horno y un martillo de barra en Fiskars. Unos años antes, Thorwöste ya había adquirido la fábrica de hierro de la cercana Antskog. En el siglo XVII, la parroquia de Pohja (Pojo en sueco) se convirtió en el centro de la fabricación de hierro en Finlandia: en 1640 se fundó la ferrería de Antskog, al año siguiente se fundó la de Billnäs, y Fiskars se unió al grupo en 1649. No muy lejos se encontraba la ferrería de Mustio (Svartå), fundada en 1616, y la de Fagervik, fundada en 1646. Aunque el mineral de hierro utilizado en Fiskars, por ejemplo, se transportaba en su mayor parte desde la mina de Utö, en el archipiélago de Estocolmo, seguía siendo económicamente viable construir la ferrería en Finlandia. La parroquia de Pohja disponía de energía hidráulica natural que podía aprovecharse, y de abundantes bosques que proporcionaban la materia prima para el carbón vegetal, por lo que la Corona podía prescindir de los bosques de Bergslagen en Suecia. Además, Pohjankuru (Skuru) ofrecía un puerto adecuado.