Ciudad mágica por excelencia, que siempre ha estado ligada a historias de cultos mágicos y esotéricos, según los expertos Turín es uno de los vértices de los dos triángulos de la magia negra (junto con Londres y San Francisco) y la magia blanca (junto con Lyon y Praga). Numerosos monumentos y puntos de la ciudad de Turín son protagonistas de extrañas leyendas esotéricas. Una de ellas es, sin duda, la puerta principal del Palacio Trucchi di Levaldigi, más conocida como la Puerta del Diablo. Este palacio alberga actualmente la sede de la Banca Nazionale del Lavoro y, dado el nombre de su puerta, también se le conoce como el Palacio del Diablo. La puerta fue esculpida en 1675 por un taller parisino a petición de Giovanni Battista Trucchi di Levaldigi, conde y general de finanzas de Carlos Manuel II. La hermosa puerta está ricamente tallada y adornada con flores, frutas, animales y cupidos. Lo más interesante, lo que ha contribuido al nombre que lleva hoy, es el badajo central que representa al diablo escrutando a los visitantes que llaman a la puerta. La parte final, la que se lleva la mano para golpear, está formada por dos serpientes cuyas cabezas se unen en el punto central. la versión "mágica", parece que la puerta apareció de la nada una noche. Se dice que, aquella noche, un aprendiz de brujo invocó a las fuerzas oscuras y al propio Satanás. El Diablo, molesto por esta invocación, decidió castigar al hechicero encerrándolo detrás de la puerta, que el infortunado nunca pudo volver a abrir. Además, existen otras leyendas relacionadas con la historia de esta puerta. Uno de ellos se remonta a principios del siglo XIX, durante la ocupación francesa. Al parecer, un tal comandante Melchiorre Du Perril había entrado en el palacio para tomar una comida rápida antes de salir con documentos secretos e importantes. El hombre fue esperado ante la puerta por su cochero y no volvió a salir del palacio. Al parecer, veinte años más tarde, durante las obras de renovación del palacio, los trabajadores que derribaban un muro encontraron un esqueleto aprisionado y enterrado de pie. Otra leyenda se remonta a 1790, cuando el palacio pertenecía a Marianne Caroline de Saboya. Cuenta la leyenda que durante una importante y suntuosa fiesta de carnaval, una de las bailarinas que actuaba para entretener a los invitados cayó al suelo y fue apuñalada mortalmente. Nunca se encontró al culpable, ni el arma homicida. La noche del asesinato, hubo una auténtica tormenta de viento y lluvia en la ciudad, que culminó con relámpagos cegadores, truenos y cristales rotos. Un viento frío entró en el edificio y apagó todas las luces, y los invitados corrieron gritando. Poco después, se vio un fantasma vagando por el palacio, el fantasma de la bailarina que había sido cruelmente asesinada la noche de la fiesta. Siguiendo con la historia del palacio, se dice que, en 1600, era la sede de la Fábrica de Tarot. Una curiosidad, coincidencia o confirmación de la magia negra que se acumula en este palacio, según los esoteristas, la carta del tarot asociada al Diablo es el 15, que era el número de la casa del palacio en 1600. En la actualidad, el autobús de servicio público que pasa por la zona es, por supuesto, el número 15.