"Autenticidad" es la consigna en Anzi, un pueblo medieval con callejones que han permanecido intactos a lo largo del tiempo. Una vez aquí, el visitante queda embelesado por el espectáculo tan sugerente que ofrecen las casas adosadas unas a otras y sus calles, en su mayoría en pendiente, mientras el paisaje queda enmarcado por una imponente roca. Habitada desde la Edad de Hierro y luego por los enotrianos, lucanos y romanos, Anzi tiene una historia intensa y muy antigua. Con los griegos, la ciudad se hizo famosa por la producción de cerámica, como atestiguan los hallazgos arqueológicos desenterrados en las numerosas campañas de excavación llevadas a cabo desde el siglo XVIII y conservados en el Museo Arqueológico de Nápoles y en otros museos de todo el mundo, incluido el Museo Británico de Londres. Destaca una lápida triangular cuya inscripción demuestra que el centro se llamaba originalmente "ANXIA" y que era una ciudad poderosa y muy rica. Primero fue un bastión de los lombardos y luego de los normandos, y más tarde Anzi pasó a estar bajo el control de varios señores feudales. Los restos encontrados tras varias excavaciones arqueológicas son importantes y hablan de su pasado. No podemos pasar por alto el "Belén Poliscénico", el cuarto más grande de Europa, ni el Observatorio Astronómico Planetario. El belén de Antonio Vitulli, expuesto en la rectoría de Anzi, sigue a los italianos de Grottaferrata (Roma) y Messina y al extranjero de Taragona en España. El belén, cuidadosamente elaborado, está hecho de yeso y materiales reciclados y reproduce las vistas más bellas de los paisajes de Basilicata, desde los Sassi di Matera hasta los Dolomitas lucanos y las callejuelas del propio Anzi. Al pasear por el pueblo, resultan especialmente interesantes los distintos edificios que se "encuentran", desde el Palacio Fittipaldi -construido sobre el suprimido hospicio de los cartujos de Padula- hasta el Palacio Baronale. Quienes lleguen a la cima del monte Siri, al pie del cual se encuentra el pueblo, podrán visitar el Observatorio Astronómico Planetario, especialmente apreciado por sus actividades educativas, técnicas y científicas. Abierto todo el año, permite descubrir los misterios del universo a través de fascinantes viajes entre las estrellas, utilizando un potente telescopio. Los restos de un castillo construido en 1091 también dominan la parte superior del pueblo. Desde aquí hay una extraordinaria vista sobre el valle con el lago Ponte Fontanelle, más conocido como el embalse de Camastra. Los lugares sagrados de Anzi son preciosos cofres de valiosas obras de arte, por lo que merece la pena visitarlos. Destaca la iglesia de Santa María, en el monte Siri, que además de albergar hermosos frescos de Todisco (siglo XVI) y un portal gótico tardío (1525), ofrece una impresionante vista de las Dolomitas lucanas, Caperrino, Lata y Viggiano, Volturino y Maddalena, Rifreddo y los montes Groppa di Anzi y Serra di Trivigno. En la ciudad, no se puede dejar de visitar la iglesia románico-gótica de Santa Lucía, que alberga una sopa medieval. En la plaza Dante se encuentra la iglesia matriz de San Donato, patrón de Anzi. La iglesia es de orden dórico y de una sola nave, con varias estatuas en su interior, entre ellas la de San Donato con su reliquia. La estatua de la Concepción es también muy hermosa. Tampoco hay que perderse la iglesia matriz de San Giuliano, reconstruida en el siglo XIX sobre la estructura preexistente del siglo XVI, y la iglesia de Sant'Antonio, antaño capilla del convento de los Frailes Menores Observantes y dedicada a la Santísima Trinidad, que data de 1587. El altar mayor de la iglesia de orden jónico alberga la preciosa pintura de la Coronación de la Virgen entre una hueste de ángeles alegres, atribuida a Pietrafesa.