El David, probablemente realizado para el patio del Palacio Médicis, es de fecha muy controvertida: el año de fundición propuesto en los estudios críticos varía entre 1427 y 1460. La datación más extendida es la que la sitúa entre las obras de la década de 1440, cuando el gran escultor trabajaba para Cosme de Médicis. La estatua tiene los atributos tanto del héroe bíblico (la cabeza de Goliat a sus pies, la espada), símbolo de las virtudes cívicas y del triunfo de la razón sobre la fuerza bruta y la irracionalidad, como del dios Mercurio (los zapatos alados), dios del comercio (la actividad de la familia Médicis) que decapitó a Argo Panoptes, el gigantesco pastor de cien ojos. El héroe se representa de pie, con un inusual sombrero puntiagudo decorado con una corona de laurel (el peto de los pastores clásicos tomado del tipo clásico del Antinoo silvano). Tiene el pelo largo y suelto, la cara ligeramente girada hacia abajo y enigmáticamente absorta. El cuerpo está desnudo, aparte de los zapatos hasta la rodilla, y descansa suavemente sobre la pierna derecha, mientras que la izquierda se apoya en la cabeza del monstruo derrotado, el gigante Goliat. El cuerpo, suave y vivaz, modelado al estilo antiguo, es el de un niño frágil y efímero, pero extremadamente armonioso y ligero, con una postura orgullosa y desenfadada al mismo tiempo. En su mano derecha sostiene su espada bajada y en la izquierda, apoyada en el costado, oculta la piedra con la que aturde a su rival. La base está compuesta por una guirnalda circular que descansa horizontalmente. El cuerpo de la esbelta figura está desequilibrado y tiene forma de serpiente, con una pierna doblada y la otra extendida para soportar el peso. La espada exagerada forma una diagonal hacia fuera que desequilibra la composición: es demasiado grande y pesada para la esbelta y suelta figura del adolescente. Este deliberado desequilibrio compositivo da lugar a la sensación de oscilación e inestabilidad que recorre todo el cuerpo, acentuada por el juego de luces y sombras que se refleja en la superficie metálica muy pulida y en los músculos que se acaban de indicar.