La iglesia de San Sossio en Miseno fue fundada y consagrada en 1661. Esta pequeña iglesia es un verdadero tesoro que se eleva por encima de la carretera y a la que se accede por una escalera en la que hay antiguas columnas. La iglesia es pequeña y encantadora: tiene una planta rectangular con una sola nave. La fachada está desprovista de adornos y sólo tiene una cruz de hierro y un reloj con una hermosa mayólica colocada entre la entrada y la ventana. El edificio es de toba y en su interior hay edículos votivos con estatuas de santos, entre ellos San Antonio. El pavimento es antiguo y espléndido, de mayólica, con decoraciones en la zona de las naves y el altar central. Realmente merece la pena visitar esta maravilla con vistas al mar, desde la que se percibe perfectamente el sonido y el olor de las olas.
Show on map