Iglesia de Piedigrotta

Via Riviera Prangi, 89812 Pizzo VV, Italia
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  • Sara Jenner
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  • Salamanca

Distance

0

Duration

0 h

Type

Luoghi religiosi

Description

Desde hace cientos de años, se transmite la leyenda de un naufragio que tuvo lugar a mediados del siglo XVII: un velero con tripulación napolitana fue sorprendido por una violenta tormenta. Los marineros se reunieron en el camarote del capitán, donde estaba el cuadro de la Madonna di Piedigrotta, y todos juntos se pusieron a rezar, jurando a la Virgen que si se salvaban, construirían una capilla y la dedicarían a la Madonna. El barco se hundió y los marineros nadaron hasta la orilla. Junto a ellos, el cuadro de la Virgen de Piedigrotta y la campana del barco, fechada en 1632, descansaban en la orilla. Decididos a cumplir su promesa, cavaron una pequeña capilla en la roca y colocaron allí la imagen sagrada. Hubo otras tormentas y el cuadro, arrastrado por la furia de las olas que penetraban hasta la gruta, se encontraba siempre en el lugar donde el velero se había estrellado contra las rocas. No hay documentos que prueben esta historia, pero el culto a la imagen es antiguo y muy sentido por la población, y no sería descabellado que la pintura fuera el resultado de un naufragio. ...e historia Alrededor de 1880, un artista local, Angelo Barone, que tenía una pequeña papelería en el centro del pueblo, decidió dedicar su vida al lugar. Todos los días se dirigía al lugar y con un pico amplió la gruta, creó dos más en los laterales y llenó las salas con estatuas que representaban la vida de Jesús y de los santos. Angelo murió el 19 de mayo de 1917 y le sucedió su hijo Alfonso, que dedicó 40 años de su vida a la Iglesia. De su mano, adquirió su aspecto definitivo. Esculpió otros grupos de estatuas, capiteles con ángeles, bajorrelieves con escenas sagradas y frescos en la bóveda de la nave y el altar mayor. A su muerte no hubo continuadores. Desgraciadamente, a principios de la década de 1960, la iglesia fue objeto de vandalismo. Un niño (o quizás dos) irrumpió en la iglesia y con un palo decapitó y rompió las extremidades de varias estatuas. Afortunadamente, a finales de esa misma década, un sobrino de Angelo y Alfonso Barone, llamado Giorgio, decidió regresar a Pizzo desde Canadá, donde se había trasladado y se había convertido en un reconocido escultor. Se suponía que iba a permanecer en su lugar de nacimiento sólo dos semanas, pero tras visitar la iglesia y encontrarla reducida a un montón de escombros, decidió intentar restaurarla. Se quedó en Pizzo durante varios meses, trabajando sin descanso para resucitar la obra maestra creada por sus tíos. La restauración se completó en 1968 y recibió el reconocimiento oficial en 1969 con una acción de gracias pública en el Salón del Consejo del Municipio de Pizzo por el concejal Mannacio y el alcalde Amodio.