La catedral de Limburgo es uno de los edificios de estilo románico tardío mejor conservados. Se desconoce cuándo se construyó la primera iglesia sobre el río Lahn. Los descubrimientos arqueológicos han revelado restos de un edificio eclesiástico del siglo IX en la zona de la actual capilla. Probablemente se construyó en la época merovingia como castillo y la capilla se añadió a principios del siglo IX. En el año 910, el conde Konrad Kurzbold (primo del futuro rey Konrad I) fundó en la cima de la colina un capítulo colegial de 18 canónigos que vivían bajo la regla del obispo Chrodegang de Metz. La capilla original del castillo fue derribada y en su lugar se construyó una basílica de tres naves. Los cimientos de esta basílica se han encontrado bajo el suelo actual. La construcción de la actual catedral está fechada entre 1180 y 90. La consagración fue realizada en 1235 por el arzobispo de Tréveris. Parece seguro que la catedral se construyó en cuatro etapas. La primera etapa abarcaba la fachada oeste, la nave lateral sur, el coro y el crucero hasta el matroneo. Esta parte constituye la iglesia conradina. La segunda etapa consistió en la adición de los pilares interiores de la nave sur. En esta etapa se introdujo por primera vez el sistema de atado. En la tercera fase se construyó el matroneum de la nave sur. La cuarta etapa incluyó el lado norte del transepto y el matroneo del coro. En esta etapa la influencia gótica es muy clara. El interior fue destruido por los soldados suecos durante la Guerra de los Treinta Años (1618-48) y reconstruido en estilo barroco tardío en 1749. La renovación barroca fue muy dura: se sustituyeron las vidrieras medievales que se conservaban; se cubrieron todas las pinturas murales; se pintaron de azul y rojo los nervios de las bóvedas y las columnas de las arcadas; se doraron los capiteles; se sustituyó el altar mayor original. El exterior pintado de colores se revistió de blanco liso y la torre central se amplió 6,5 metros. El cabildo colegial de Limburgo se disolvió en 1803 durante el periodo napoleónico, pero fue elevado al rango de catedral en 1827, cuando se fundó el obispado de Limburgo. A continuación, se realizaron algunas reformas de estilo contemporáneo: los muros se recubrieron de blanco, las ventanas se rehicieron en azul y naranja (los colores heráldicos del duque de Nassau) y se añadieron torres al transepto sur (1865). La incorporación de Limburgo al Reino de Prusia en 1866 trajo consigo otros cambios. En la época romántica, la catedral fue restaurada según una visión idealizada de su aspecto románico original. El exterior se despojó de todo el yeso y la pintura, para ajustarse mejor al ideal romántico de una iglesia medieval surgida de la roca. El interior barroco fue despojado y las pinturas murales fueron descubiertas y repintadas. En 1934-35 se llevaron a cabo otras renovaciones, iluminadas por un mejor conocimiento del arte y la arquitectura originales. También se añadieron vidrieras de estilo Art Nouveau. Entre 1965 y 1990 se llevó a cabo una importante restauración que incluyó el revoque y la pintura del exterior, tanto para devolverle su aspecto original como para proteger la mampostería, que se estaba deteriorando rápidamente al estar expuesta a los elementos. El interior está cubierto de frescos medievales que datan de 1220 a 1235. Son magníficos e importantes vestigios, pero el tiempo no ha sido muy benévolo con ellos: fueron encalados en el periodo barroco (1749) y descubiertos y repintados con mano dura en el periodo romántico (década de 1870) antes de ser restaurados finalmente con más sensibilidad en la década de 1980. Referencias: Destinos sagrados