Description
La concatedral de Troia, principal centro de culto católico de la zona, es uno de los ejemplos más admirables del románico apulense, cuyas influencias árabes no pasan desapercibidas ni siquiera para el ojo más inexperto. Construida en forma de cruz latina entre 1093 y 1120, la iglesia fue dedicada a la Santísima Virgen de la Asunción, una de las cinco patronas de la ciudad, y es admirada en toda Italia por su armonía y su extraordinario rosetón.
Arquitectónicamente, llama la atención la división del edificio por una cornisa que distingue la parte superior, más ligera y con rasgos más livianos, de la parte inferior, compacta, animada por la presencia de arcos ciegos y medias columnas. La parte más significativa de la fachada es el rosetón, no sólo por su evidente belleza, sino también por su connotación simbólica: está formado por una densa trama de once pequeñas columnas que irradian desde el centro del rosetón en ángulos iguales, unidas a su vez por una serie de arcos que lo enmarcan. Dividido en once segmentos decorados con diafragmas perforados diferentes entre sí y distintos de la decoración de los arcos, se han creado veintidós decoraciones diferentes, obteniendo el efecto de encaje. Las once columnitas (el número de los apóstoles sin tener en cuenta a Judas Iscariote, el traidor) descansan sobre un círculo de piedra trabajado en escamas, lo que da lugar a una decoración que recuerda a una serpiente mordiéndose la cola, símbolo de la eternidad, la muerte y la resurrección, además de tener forma circular, símbolo de la perfección. El centro del rosetón simboliza así la figura de Jesucristo.
Otra característica de la fachada, bastante rara en las iglesias antiguas de Italia, es la presencia de puertas de bronce. El arquitecto Oderisio da Benevento fue uno de los artistas que intervinieron en la construcción de la catedral, y fue especialmente responsable del portal de bronce, cuya función era completar la fachada y celebrar la grandeza y las habilidades diplomáticas del obispo. El portal principal está dividido en 28 partes, cada una de las cuales representa una situación o un personaje diferente, incluidos los dragones con la boca abierta que simbolizan a los enemigos que hay que derrotar y los leones. La segunda puerta lateral, con su sencillez, ponía de relieve una situación socioeconómica más difícil. El interior consta de tres naves divididas entre trece columnas de mármol. La asimetría del ábside es peculiar, lo que puede explicarse por varias razones, entre ellas una mejor acústica ya que la asimetría impide la formación de ecos. La planta de cruz latina simboliza el cuerpo humano, y el ábside representa la cabeza ligeramente desplazada, recordando la cabeza yacente de Cristo crucificado.
La iglesia también alberga el llamado "Tesoro", un conjunto de cálices plateados, pergaminos preciosos y túnicas litúrgicas.