En el sur de la isla podemos encontrar un paisaje casi de cuento de hadas. Se trata de Sa Buddidorgia, no lejos de las encantadoras playas de Villasimius y Costa Rei. Las pequeñas cascadas de Río Sa Buddidorgia, en el municipio de Villaputzu, forman piscinas naturales de color esmeralda. Escondidos en una naturaleza salvaje y exuberante, formada por densos bosques y rocas esculpidas por las crecidas del torrente, una zona donde vive muy poca gente, son un pequeño paraíso en la tierra. Estos arroyos, creados por las lluvias, sólo se forman en determinadas épocas del año y no siempre son visibles. La primavera sería la mejor estación para ir de excursión y, por qué no, darse un refrescante chapuzón en las cascadas. Es una pena que esta zona se encuentre dentro de un recinto militar y que no se permita el acceso. Ni siquiera con un guía local. El camino que conduce a este lugar es el del Fosso del frate (en sardo, “Fossu de su para”), que atraviesa los valles del Sarrabus Gerrei y sigue cada curva del torrente. Situado en el borde oriental de la meseta de Quirra, el valle es un entorno que sorprende por sus formas y colores insólitos. Es uno de los entornos más bellos e incontaminados que se puedan imaginar. Si se sigue el camino y se cruza el río varias veces, se puede llegar a algunos de los lugares con encanto del río, como la cascada de la derecha y las pozas de la parte baja, que son destinos populares para el senderismo. Finalmente, es posible llegar al “Fungo” o al ”Fossu de su para” uno de los puntos más característicos de la garganta de Buddidorgia.