Colmar es una ciudad con muchos atractivos y un innegable encanto propio, como las casas con entramado de madera, los canales y el centro de la ciudad adornado con flores, etc. Ofrece toda la intimidad de una ciudad de tamaño medio y una notable diversidad de sitios patrimoniales. El mejor lugar para comenzar su visita a Colmar es el casco antiguo medieval. Esta parte histórica del casco antiguo de Colmar cuenta con varias zonas de interés como: la parte del casco antiguo descrita como "Petite Venise" es especialmente La parte del casco antiguo denominada "Pequeña Venecia" es especialmente atractiva, con preciosas casas a lo largo de las orillas del río; la Rue de Tanneurs (Calle de los Curtidores) con casas muy altas donde antiguamente se estiraban las pieles; el Quai de la Poissonnerie (muelle de los pescadores); la Antigua Aduana, del siglo XIV, con magníficas vidrieras y un techo decorado con tejas de colores; Aunque el gran atractivo del casco antiguo es simplemente pasear disfrutando de su encanto general, también hay un buen número de edificios individuales de gran interés para ver mientras se explora. Entre ellos se encuentra la Maison Pfister, construida en 1537 en la esquina de la Rue des Merchands y especialmente notable por su fachada, con balcón decorativo y brillantes adornos de Christian Vacksterffer, que es una obra ejemplar del arte renacentista en la región del Rin. Otro edificio notable es la famosa "Maison de Têtes" ("Casa de las cabezas") del siglo XVII, llamada así porque la fachada está cubierta con más de cien cabezas y caras de animales. También se puede ver la doble "loggia" y una estatua de Bartholdi. Colmar también cuenta con varias iglesias de interés para los visitantes. Una de las más interesantes es el Convento de los Dominicos, del siglo XIII, con su iglesia y sus claustros. Los dominicos de Colmar desempeñaron un papel importante en la conservación de textos y en la redacción de una historia de la ciudad durante la Edad Media, llamada Anales de los Dominicos.