Description
"En el convento de Polla casi no hay arquitectura, salvo el gran pórtico de la iglesia. Pero su interior, enteramente cubierto de hermosas pinturas y frescos, es un verdadero museo de pinturas de una buena época del arte". Así escribió Antonio Sacco en 1930 en su monumental obra "La Certosa di Padula".
Y así es exactamente: quien entra en San Antonio se queda deslumbrado en la contemplación de los cuarenta lienzos pintados en 1666 por Ragolìa para el techo y dispuestos en tres filas paralelas en el eje principal de la nave, con el lienzo más rico enmarcado en el centro en el que representó la Inmaculada Concepción;
Sin duda, el pintor dibujó personajes y rostros de la realidad que le rodeaba. Así, en la Natividad de María, la comadrona que lava al recién nacido es una plebeya que lleva un traje de polen con una amplia falda azul.
Pero también en el retrato de Salomé y, en el cuadro paralelo del lado opuesto, en la imagen de Judit sosteniendo la pica con la cabeza de Holofernes, se pueden ver los peinados españoles de algún joven floreciente de la época.
En la cabeza del propio Holofernes, no es improbable que Ragolìa fijara rasgos de su propio rostro que encontramos repetidos en la pintura central adyacente bajo la imagen del Eterno creando luz sobre el mundo.
El tono general de los cuadros tiene una impronta caravaggiesca, mediada por la fortuna que su arte había tenido durante varias décadas en Nápoles, ciudad fértil en artistas.
Desde el techo, la mirada se dirige a las paredes con frescos de Anselmo Palmieri que representan episodios de la vida de Jesús y María, y al crucifijo de madera esculpido por Fray Umile da Petralìa en 1636: una verdadera maravilla de arte y piedad.
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El presbiterio está separado por una balaustrada de piedra en la que el autor dejó grabada su firma: "opifice Ioanne Brigante, a.. D. 1783".
La larga mensa, de estilo barroco, está formada por una serie de pequeñas columnas que se colorearon de rojo, color que aún permanece en las hojas que las decoran.
Otra obra de talla de madera es el coro de la primera mitad del siglo XVII, situado detrás del altar mayor, un coro que no tiene parangón en la Muralla: consta de 21 puestos y 29 bustos en bajorrelieve frontales de santos de la orden franciscana.
En el centro del coro se encuentra el atril, cuya base hexagonal está decorada con un panel esculpido con símbolos de las virtudes cristianas. Pero aquí también capta la atención la alta cúpula pintada al fresco por Domenico Sorrentino con la Gloria del Paraíso de 1681 a 1683.
Ejemplo poco común entre los monumentos importantes, en el interior de San Antonio, a la derecha de la entrada, se abre la capilla de la Inmaculada, enmarcada por un suntuoso portal de finales del siglo XVI, contemporáneo de la fundación de la Congregación que tuvo una larga fortuna entre la población de Polla.
El portal debe considerarse como un monumento dentro de un monumento, ya que da a la luz de la capilla y también contiene los escalones que conducen a ella.
En el presbiterio, en el lado opuesto, abierto por un sencillo portal del siglo XVIII, arquitrabado, se encuentra la capilla de la Cofradía de San Francisco, fundada en 1636, el mismo año en que se esculpió el maravilloso Crucifijo.