Description
En el barrio de Zisa, en Palermo, hay un palacio del mismo nombre. En su interior se dice que hay un gran tesoro que perteneció a un sultán árabe. La leyenda habla de un profundo amor entre Azel Comel y la bella El-Aziz. El matrimonio de los dos jóvenes contó con la oposición del sultán del Líbano, padre del joven Azel. El sultán robó el tesoro de la familia y huyó con su amada a Palermo, donde hizo construir un palacio en el que escondieron las reliquias y las protegieron con un hechizo. La madre de la niña, angustiada por la pérdida de su hijo, se suicidó. Cuando El-Aziz se enteró de la terrible noticia, se le rompió el corazón y quiso unirse a su madre para quitarse la vida. Azel Comel se volvió entonces loco y vagó sin rumbo durante días hasta que él mismo murió. Lo único que queda de esta terrible historia es el tesoro, protegido por los demonios. Según la tradición, la única forma de acceder a las riquezas es contar el número exacto de diablos que aparecen en el fresco de la sala de la fuente, pero parece que se burlan de los visitantes haciendo muecas y haciendo imposible el recuento.
La Zisa, un edificio del siglo XII, data de la época de la dominación normanda en Sicilia. Su construcción se inició bajo Guillermo I y se terminó bajo Guillermo II. La Zisa original era una residencia de verano creada cerca de la ciudad para el descanso y el recreo del soberano. Los normandos, que arrebataron la isla a los árabes, se sintieron muy atraídos por la cultura de sus predecesores. Querían residencias tan ricas y suntuosas como las de los emires y organizaron la vida de la corte según el modelo árabe, adoptando su ceremonial y sus costumbres. Así, la Zisa, como todas las demás residencias reales, fue construida en estilo "árabe" por artesanos musulmanes, utilizando modelos de construcción de palacios del norte de África y Egipto, lo que confirma los fuertes vínculos que seguía teniendo Sicilia con el mundo cultural islámico de la cuenca mediterránea de la época.
El nombre de Zisa deriva probablemente de al-Aziz (que en árabe significa noble, glorioso, magnífico). La palabra (en caracteres nashi), encontrada en la franja epigráfica del vestíbulo del edificio, denota la costumbre islámica de dar un apelativo a los edificios civiles más importantes.
La Zisa original sufrió numerosas transformaciones a lo largo de los siglos. En el siglo XIV, entre otros cambios, se construyó una almena que destruyó parte de la inscripción árabe (en caracteres cúficos) que coronaba el edificio. Las reformas del siglo XVII fueron radicales, cuando el palacio, en mal estado, pasó a manos de Don Juan de Sandoval, que diseñó el escudo de mármol con los dos leones, situado ahora sobre el arco de entrada.
En 1808, con la muerte del último Sandoval, la Zisa pasó a la familia Notarbartolo, príncipes de Sciara, que la utilizó con fines residenciales hasta los años 50, cuando la Región de Sicilia la expropió. Las obras de restauración realizadas a finales de los años 70 y 80 devolvieron la Zisa al uso público.