Description
La catedral de San Prisco forma parte del vasto complejo del obispado que se levanta en el límite de la aldea del mismo nombre, aislada del centro histórico de Nocera Inferiore. El campanario barroco con bóveda de cañón, diseñado por Francesco Solimena, da acceso a la ciudadela religiosa que se extiende por el gran parvis delimitado por la fachada del palacio episcopal y el alzado lateral de la catedral. En cuanto a los orígenes de la catedral, que, según una tradición consolidada, estuvo ubicada en la iglesia paleocristiana de Santa Maria Maggiore en Nocera Superiore hasta el siglo IX, las fuentes parecen confirmar la fundación en el siglo X de una primitiva iglesia anexa a un monasterio benedictino, que sólo se convirtió en sede episcopal en 1386. El edificio original, que había sido remodelado varias veces, fue reconstruido a principios del siglo XVII con una disposición de tres naves. Tras los daños causados por los terremotos de 1688 y 1694, se llevaron a cabo nuevas obras que finalizaron en 1744, año en que se consagró la catedral renovada, en las que participaron importantes artistas, como Angelo Solimena, que en 1671 pintó el fresco que representa la Gloria del Paraíso en la cúpula de la capilla del Rosario, y Francesco Solimena, que pintó el tondo de San Marcos en la misma capilla, trasladado posteriormente al muro central del presbiterio, y diseñó el nuevo campanario, reconstruido en estilo barroco. El campanario, que sigue siendo la entrada escénica al complejo del obispado, está construido en tres niveles que se van estrechando gradualmente y decorado con adornos plásticos tomados del repertorio típico del barroco napolitano, realzados por la dicotomía de la piedra volcánica gris y el mármol blanco. En la segunda mitad del siglo XVIII, el obispo Benedetto dei Monti Sanfelice completó la actualización estilística del interior con la construcción del valioso órgano, los altares de mármol y los estucos de las paredes de las naves, perfilando así el aspecto arquitectónico actual. La adaptación a la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II llevó a la reorganización del presbiterio, que se completó en 1975 con la construcción del altar, la cátedra y el ambón, obtenidos también mediante la reutilización de partes del antiguo púlpito de mármol, y modificó la estructura preexistente, que seguía siendo sustancialmente de finales del siglo XVIII. Restaurada en 1981 por la Superintendencia del Patrimonio Artístico, Arquitectónico y Medioambiental de Salerno, la catedral, fruto de la estratificación arquitectónica sedimentada, presenta una planta basilical de tres naves injertadas en un crucero inscrito en el rectángulo de la planta. El trazado barroco se remonta a la última intervención decorativa de la segunda mitad del siglo XVIII, en la que pilastras con capiteles compuestos puntean los pilares de la nave hasta el entablamento coronado por la cornisa, que marca la imposta de la bóveda de cañón de lunetos, también decorada con cornisas y volutas de estuco. Una vivacidad barroca similar caracteriza el diseño de la fachada, palimpsesto de la división tripartita de las naves interiores, que muestra un cuerpo central más alto unido por grandes volutas a los laterales.