Description
La base para explorar los meteoritos es sin duda Kalambaka. La ciudad está conectada con otros lugares y con Grecia mediante trenes y autobuses.
No se sabe cuándo se habitó por primera vez en los Meteoros. Todas las fuentes escritas existentes se remontan a tiempos en los que la vida monástica ya estaba organizada. Algunos bizantinólogos afirman que ya había monjes organizados en monasterios antes del segundo milenio de nuestra era. Según otros, el primer asceta fue un tal Bernabé, que fundó el antiguo monasterio de San Espíritu en 950-970. El monasterio de la Transfiguración fue fundado poco después por un monje cretense, Andrónico, hacia el año 1020, mientras que en 1160 otros ermitaños fundaron el monasterio de Stagon en la roca de Dupiani. Unos 200 años después, el ermitaño Varlaam fundó el monasterio de los Tres Señores y Todos los Santos. Incluso más tarde, monjes desconocidos fundaron otros monasterios: Santa Trinidad, San Esteban, Presentación en el Templo, Russanos o Arsanos, San Jorge de Mandila, San Nicolás de Anapafsa, Virgen de Mecani, San Teodoro, San Nicolás de Bantova, San Apóstoles, San Gregorio, San Antonio, Pantokrator, San Pedro, San Pablo, San Francisco, San Juan de Dios, San Juan de Dios. Antonio, Pantocrátor, San Soledad, San Juan, Bautista, Ipsilotera o de los Calígrafos, San Modesto, Alysis, Apóstol Pedro, San Demetrio, Calígrafo, Arcángeles, San Juan de Bunila.
Esta ciudad monástica se organizó a lo largo de los años y fue apoyada con numerosos regalos y privilegios por poderosas familias cristianas. En el punto álgido de su prosperidad, en el siglo XVII, acogió a un número realmente elevado de monjes y ascetas. Más tarde su fortuna decayó y hoy en día sólo se conservan los monasterios de la Transfiguración, Varlaam, San Nicolás Anapafsa, Rusan, Santa Trinidad, San Esteban (y partes de uno o dos más). Los restos de los otros monasterios existentes en su día han desaparecido por completo.
Los primeros ascetas escalaban las rocas de Meteora mediante una serie de andamios, que se apoyaban en vigas fijadas en la roca. Esta disposición (de la que aún se aprecian vestigios) fue sustituida posteriormente por larguísimas y vertiginosas escaleras de cuerda. Los que no se atrevían a usarlas eran arrastrados por una red. La subida duró aproximadamente media hora, media hora de angustia y terror.
Desde 1922, unas escaleras excavadas en la roca facilitan el acceso al monasterio. La red se sigue utilizando para transportar alimentos y otros artículos de primera necesidad.