El gran complejo monástico de Sucevita está rodeado de altos muros y torres defensivas fuertemente reforzadas, lo que le da un aspecto de fortaleza. Fundado en 1581 por Gheorghe Movila, obispo de Radauti, fue ampliado posteriormente por su hermano, Ieremia, príncipe gobernante de Moldavia, que añadió enormes murallas y torreones. Un elegante campanario que descansa sobre una base en forma de estrella remata la iglesia. Unos enormes aleros protegen los frescos exteriores, pintados por artistas locales en 1602-1604. Sucevita fue la última de las 22 iglesias pintadas de Bucovina y tiene el mayor número de imágenes pintadas. El muro exterior occidental de la iglesia no está cubierto de frescos. La leyenda dice que el trabajo se detuvo después de que uno de los pintores se cayera del andamio y muriera. Sucevita cuenta con una magnífica representación de la Escalera al Paraíso. Los ángeles de alas rojas, en filas ordenadas, asisten a los justos en una escalera inclinada hacia el cielo, cada peldaño inscrito con una de las virtudes monásticas. Los pecadores caen por los peldaños y son conducidos por demonios sonrientes al caos del infierno. En el lado sur, el follaje entrelaza las filas de figuras del Árbol de Jesé. A continuación se encuentra el Himno a la Virgen. Sucevita fue una residencia principesca y un monasterio fortificado. En la actualidad, sus gruesos muros albergan un museo que presenta una destacada colección de objetos históricos y artísticos. Las cubiertas de las tumbas de Ieremia y Simion Movila - ricos retratos bordados en hilo de plata - junto con la platería eclesiástica, los libros y los manuscritos iluminados, ofrecen un testimonio elocuente de la importancia de Sucevita, primero como taller de manuscritos y luego como centro de impresión.