Description
El Real Museo Mineralógico se encuentra en la prestigiosa Biblioteca del Colegio Máximo de los Jesuitas. Fundado en la primavera de 1801 por Fernando IV de Borbón, fue un importante centro de investigación científica destinado a la explotación de los recursos minerales del Reino de Nápoles. Esto lo distingue de muchos otros museos, que fueron creados exclusivamente para preservar el espectacular y siempre fascinante mundo de los minerales. Allí trabajaron ilustres mineralogistas, entre ellos Matteo Tondi y Arcangelo Scacchi, que siguen siendo considerados figuras destacadas de la comunidad científica internacional. El máximo prestigio científico de la institución se alcanzó en 1845, cuando el Museo fue elegido como sede del VII Congreso de Científicos Italianos, que contó con la extraordinaria participación de 1.600-11 científicos. El Real Museo Mineralógico también desempeñó un importante papel sociopolítico en la historia de la ciudad. En 1848, después de que Fernando II otorgara la Constitución, las primeras reuniones de la Cámara de Diputados se celebraron en el salón monumental del Museo Real; finalmente, en 1860, acogió una de las doce mesas electorales para la votación de la anexión al Reino de Italia. La zona de exposición, de unos 800 metros cuadrados, está formada por la sala monumental y las salas dedicadas a Arcangelo Scacchi y Antonio Parascandola. El alto valor histórico y científico de las colecciones sitúa al Museo Real entre los más importantes museos mineralógicos italianos y, sin duda, entre los más conocidos del mundo.
Las 25.000 piezas expuestas se dividen en varias colecciones. La Gran Colección del Museo Real está formada por minerales que representan numerosas realidades geológicas del mundo; algunos son verdaderas rarezas por su belleza y tamaño. Muchos ejemplares, recogidos entre 1789 y 1797, se consideran "históricos" y tienen un especial interés científico y coleccionista, ya que proceden de explotaciones mineras europeas en desuso. La Colección de Grandes Cristales cuenta con cristales de tamaño notable y forma perfecta; el más destacado es la pareja de cristales de cuarzo hialino de Madagascar, de 482 kg, donados a Carlos III de Borbón en 1740 y depositados en el Museo a principios del siglo XIX.
La Colección del Vesubio es única tanto por su importancia científica como por la rareza y belleza de algunos de los objetos expuestos. Iniciado a principios del siglo XIX, se ha enriquecido con el tiempo con nuevas especies encontradas en los últimos 200 años en el Vesubio. La Colección de Cristales Artificiales está formada por ejemplares sintetizados por Arcangelo Scacchi y premiados en las Exposiciones Universales de Londres (1862) y París (1867).
La Colección de Minerales de la Tufa Campaniense, iniciada en 1807, presenta verdaderas rarezas como la fluoborita, correspondiente a la desacreditada nocerita, y la hornesita. Entre los hallazgos de la Colección de Meteoritos se encuentra un espécimen de siderita de 7.583 gramos, encontrado en 1784 en Toluca, México. Por último, cabe mencionar la Colección de Piedras Duras con camafeos típicos de la artesanía napolitana, la Colección de Medallas acuñadas con lava del Vesubio, entre las que destacan las medallas de 1805 que reproducen los perfiles de Fernando IV y María Carolina, y la hermosa medalla acuñada en la lava de 1859 en honor de Napoleón III, la Colección de Instrumentos Científicos, entre los que se encuentra el goniómetro reflectante con círculo vertical que Arcangelo Scacchi hizo fabricar en 1851 por un artesano napolitano especializado en herramientas marineras.