Kolomna, en Rusia, deleitará a los aficionados a la historia con su antigua belleza y espiritualidad. Al igual que Moscú, Kolomna se fundó en el siglo XII y hoy se considera la capital espiritual de los suburbios de Moscú. La compacta ciudad se encuentra a 115 kilómetros de la capital y alberga a unos 140.000 habitantes. La primera mención de Kolomna se remonta a 1177, donde en la Crónica Laurentina se la describe como un centro de comercio y artesanía en el Principado de Riazán. Su fortuita ubicación geográfica en la confluencia de los ríos Moscú y Kolomenka permitió que la ciudad prosperara. Los barcos mercantes transportaban las mercancías a lo largo de sus ríos, lo que daba a Kolomna una ventaja sobre los asentamientos más interiores. Los principados de Moscú y de Riazán compitieron por la anexión de Kolomna, y al final Moscú salió victoriosa y Kolomna sigue formando parte del óblast de Moscú hasta el día de hoy. Existen numerosas teorías sobre el origen del nombre de Kolomna, aunque la más plausible es que deriva de la antigua palabra "colomenier", que significa suburbio, y es una referencia a la proximidad de Kolomna a Moscú. La ciudad está asociada a muchos acontecimientos históricos. Durante la invasión mongola de Rusia en 1238, Kolomna sirvió de fortaleza, campo de batalla y lugar de reunión de las tropas rusas. Kolomna fue también el punto de partida de los soldados rusos hacia la famosa batalla de Kulikovo en 1380. El consiguiente triunfo de los rusos fue de gran importancia nacional, ya que no sólo se aseguraron la victoria sobre la temible Horda de Oro, sino que los numerosos principados que estaban representados en el campo de batalla se convirtieron en el símbolo de la aparición del pueblo étnico ruso. La construcción del Kremlin de Kolomna, monumento emblemático de la arquitectura rusa antigua, contribuyó a la importancia estratégica de Kolomna en 1525-31. Sus murallas y torres fueron construidas bajo el mandato de Basilio III, padre de Iván el Terrible. Sus murallas tenían un grosor de 4,5 metros y estaban equipadas con diecisiete torres, algunas de las cuales podían incluso desplazarse para defender los huecos que se formaban en la muralla, lo que hacía casi imposible un asedio a la fortaleza. A día de hoy, siete de estas torres siguen en pie, siendo la más famosa la Torre Marinkina, de ocho pisos, en la que en su día estuvo prisionera la regia Marina Mniszech. En el siglo XVII, Kolomna había perdido su importancia militar y estratégica y se convirtió gradualmente en una rica ciudad comercial. En 1781 la ciudad recibió un escudo de armas, que hoy es su símbolo histórico. En la actualidad, Kolomna está creciendo como atracción turística. En Kolomna y sus alrededores hay más de 420 monumentos de importancia nacional, y se organizan muchas excursiones de un día desde Moscú a Kolomna, viaje que puede hacerse en tren, autobús o coche.